martes, 28 de abril de 2009

Nu'aym ibn Abdullah Al-Muymir, radiyaalahoanho, relató: "Vi a Abu Hurayrah hacer la ablución, lavó su rostro bien lavado, luego lavó su mano derecha incluyendo parte de su brazo, luego su mano izquierda incluyendo parte de su brazo. Luego pasó su mano húmeda por su cabeza, luego lavó su pie derecho incluyendo el tobillo, y lavó su pie izquierdo incluyendo su tobillo. Luego dijo: Así vi al Mensajero de Allah (salaAllah ua laihim ua salam) hacer la ablución y dijo el Mensajero de Allahsobhanawataala salaalahoalayhiwalsama: Vosotros seréis los brillantes y resplandecientes en el Día de la Resurección por la perfección de la ablución. Quien pueda, pues, de vosotros, que incremente su brillo y su resplandor". (Sahih Muslim, capítulo IX, al hacer la ablución es recomendable extender el lavado del rostro hasta alcanzar los primeros cabellos sobre la frente y lavar más allá de codos y tobillos al lavar las manos y los pies)

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